Heaven Can Wait

Clavo, pimiento, ambreta y semillas de zanahoria se unen a la belleza sofisticada del iris. Vetiver aporta estructura y vitalidad; facetas de melocotón y ciruela pasa, redondez.

Inspirado en parte por la intimidad de los mundos privados, el resultado es una interpretación moderna de un clásico parisino: sobrio, discreto y noble: una seducción eterna, a la vez exótica y reconfortante. Sutilmente atrae a uno de manera irresistible e invita al abrazo.
El resultado es algo que ahora apreciamos más que nunca: un paraíso privado.

Nacido en una familia de perfumistas de Grasse, Jean-Claude Ellena conoció el arte de desarrollar fragancias cuando era adolescente.
De formación autodidacta, define sus creaciones como una “poesía de la memoria”. Los olores cotidianos (pisos de cera, sábanas limpias, piel, un suéter viejo) son algunas de sus grandes inspiraciones. Su firma es sencilla, minimalista y moderna.